Por: Carlos Esteban González Prieto
“El campo será actor fundamental en el desarrollo del país”.
La segunda jornada del Congreso Nacional de CRA comenzó, en el salón Marcos Ciani del predio de Sociedad Rural, con la Mesa Política, bajo la coordinación del presidente de Sociedad Rural de Tostado, Alejandro Laite. Participaron los diputados nacionales Felipe Solá y Adrián Pérez y el senador Rubén Giustiniani, con la ausencia de referentes del oficialismo, que no aceptaron el convite.
Pérez, de Coalición Cívica, trazó inicialmente un análisis de la situación económica durante el período 2003-2008, donde marcó el crecimiento importante en distintas regiones del mundo y cómo Argentina no supo aprovechar ese contexto favorable “para desarrollar una nueva matriz productiva”, ofreciendo una gama de indicadores macroeconómicos. Pero luego focalizó en ejes puntuales, como los problemas con las reservas de hidrocarburos, “donde nuestro país, a diferencia de Brasil, no tuvo una mirada estratégica”. Este concepto pivoteó en otras apreciaciones para marcar falencias del gobierno central. “En el campo pasó lo mismo”, criticó, para luego apuntar a la demanda mundial de alimentos “como motor de crecimiento de muchas economías emergentes”.
Pérez fustigó los indicadores oficiales en torno al nivel inflacionario y a la distribución del ingreso, ofreciendo números demoledores. Más adelante, propuso un nuevo escenario con “seguridad alimentaria, educación pública e integridad institucional”, que mucho dependerá de las próximas elecciones de medio término.
“Hace dos años sacamos un documento que proponía dejar en paz al campo. Hoy proponemos terminar con las retenciones en carne, leche, trigo y maíz. Creemos también que hay que ir hacia una eliminación de retenciones a la soja pero en una instancia gradual y con un techo inicial del 20 por ciento, para luego ir disminuyendo en el tiempo. Creemos más en la imposición sobre ganancias que sobre la producción”, propuso Adrián Pérez.
Entre otras propuestas, planteó “terminar con los ROE, con los cierres de la exportación y con la discrecionalidad (en el manejo) de la ONCCA, que debe ser organismo de fiscalización y no de entorpecimiento de la cadena comercial”.
“El campo será un actor fundamental en el desarrollo del país, más en este contexto que vive el mundo”, remarcó.
Ningún país crece si ataca a la producción
Posteriormente, el ex gobernador bonaerense Felipe Sola recordó la creación de la ONCCA (surgida para controlar frigoríficos evasores) y la posterior desnaturalización de su rol, con referencias plenas de ironía.
“Estamos frente a un fenomenal problema político porque la concepción del gobierno no va a cambiar. No han podido separar a los productores agropecuarios de su dirigencia, y en consecuencia estima que ellos son un partido opositor. Entonces, toda política de Estado dirigida a la producción es un maniobra política permanente frente a un partido opositor”, dijo Solá sobre la cosmovisión gubernamental, considerando equivocado “hablar de políticas erráticas” oficiales, sino de “una batalla política formidable que no cesará excepto que en la provincia de Buenos Aires pierda Néstor Kirchner”.
El ex secretario de Agricultura nacional centró el análisis en la ausencia de pasturas y vacas, por lo tanto “no tendría sentido dar créditos para la compra de vientres, sólo tendría sentido dar créditos a valor vaca para retener hembras”.
Tras desgranar el movimiento del mercado ganadero en el país y las asimetrías de precios que se manejan al interior de la cadena, sostuvo que “en un año, el stock ganadero ha caído en casi 3 millones de cabezas, entre los períodos de vacunación 2007-2008”.
“Si faltan pastos y vacas, lo único que cabe es ser prácticos y a corto plazo, para pensar en una ganadería que empiece a reponerse, no debemos esperar que la liquidación toque su punto más bajo para que alguien retenga, sino lograr pasturas, para lo cual hacen falta cuatro millones de hectáreas de praderas, pero se necesitan 200 millones de dólares que no hay, y que deberían generarse como crédito”, aseguró.
Solá habló de la existencia de una doble retención, “las que conocemos y las derivadas de la intervención de la ONCCA y el precio de referencia de la Secretaría de Agricultura”.
Al cierre de su alocución, y tras fustigar el rol del Estado y su vinculación con los frigoríficos que manejan cuota Hilton, en detrimento del productor, propuso un nuevo modo de comercialización hasta su venta minorista, “para de ese modo potenciar el valor de cada corte”.
“No hay ningún país que pueda crecer o tener proyectos de acumulación, distribución de ingreso e inclusión si ataca a la producción”, dejó como mensaje, a la espera de un vuelo que lo devolverá a la campaña proselitista de Unión-PRO.
Antes de la 125
Por último, el santafesino Rubén Giustiniani manifestó su agrado por el desarrollo del Congreso de CRA en territorio provincial y evocó la lucha política común en la defensa sectorial. “Mario Llambías nos invitó en agosto de 2007 a la sede en Buenos Aires mientras estábamos en campaña con Elisa Carrió. Y entonces expresábamos como síntesis que había que dejar al campo en paz. Ya en 2006 había sido separada María del Carmen Alarcón de la comisión del Congreso; ya la lechería estaba en una situación compleja, que se disparó meses después de las elecciones, por lo que el gobernador (Hermes) Binner debió actuar en aquel conflicto. Todo eso fue la punta del iceberg de lo que estalló en marzo de 2008, con la 125”, rememoró.
El socialista calificó al escenario campo-gobierno, desatado entonces, como “conflicto innecesario”, endilgando al Ejecutivo “un proceso de confrontación que produjo una parálisis de sector productivo, como lo vemos en Santa Fe”.
“Hoy golpea la sequía y la crisis internacional, que no sólo bajó los precios del cereales sino (se reflejó) en la menor demanda de nuestros implementos agrícolas. Pero el conflicto del año pasado puso en cuestión tres aspectos fundamentales: no hay Nación sin República; no hay Nación sin federalismo; no hay Nación sin trabajo y producción. La República es división de poderes, con un Congreso que funcione, por eso asumimos el compromiso de mantener esa conducta que tuvimos todos estos años, y terminar con los superpoderes, que junto a los DNU han sido las herramientas para vaciar el funcionamiento del Congreso; eso es lo que tenemos que recuperar”, señaló.