Por Dr. Héctor D. Pérez Lamela
Aunque inesperada e insuficiente para el devenir de nuestra caída economía la mejora del precio del cultivo trae alivio fiscal, no como hace un año cuando las exportaciones hacían crecer al país, pero sí, hoy financian la huída de fondos al exterior. La contabilidad creativa es uno de los instrumentos favoritos en las mediciones macroeconómicas del Gobierno, si la combinamos con el desconocimiento lógico de los cálculos técnicos de los índices de medición de la economía por la mayoría de nuestros ciudadanos obtienen resultados dibujados de una realidad positiva inexistente.
La mejora del precio del cultivo y su reflejo en las cuentas fiscales le permiten al BCRA menos trabajo disimular la fuga de capitales y la caída de reservas. También a la AFIP le cuesta menos dibujar las cifras de recaudación mostrando a las mismas con menos impacto negativo. A la administración central se la facilita el tránsito hacia las elecciones cuando reciba el mismo nivel de divisas por la compensación de una menor producción con mayores precios.
Para entender un poco las cifras y del análisis del balance cambiario del BCRA, se hace cuesta arriba moderar la fuga de divisas dado el contexto de alta incertidumbre que atraviesa la economía Argentina. Durante el 2007 la fuga de divisas alcanzó los u$s 8.900 millones, en el 2008 fue de u$s 23.100 millones y en los primeros tres meses del 2009 ascendió a u$s 5.700 millones. Si bien la fuga del primer trimestre del 2009 fue menor que los últimos cuatro trimestres, no representa una desaceleración sino que la fuga es contrapartida de la liquidación de divisas y del crédito que se recibe para importar mercadería, dos variables que están en caída respecto del año pasado y que si bien sirven para atenuar la fuga a valores nominales, no alcanzan para evitar que el BCRA tenga que financiarla con caída de reservas.
Otro punto que me preocupa es que si bien el BCRA sigue afirmando que el nivel de reservas es de u$s 46.000 millones, parte de este se origina en endeudamiento del ente regulador con el Banco de Basilea y otra parte está creativamente inflada por la contabilización como reservas de los encajes en dólares que el sistema financiero acumula en las cuentas del central. Por ello el BCRA viene evitando exponer el impacto de la fuga de divisas sobre las reservas. Si la menor producción hubiera ido acompañada de precios planchados hubiera puesto al BCRA entre tener que dejar subir al dólar, seguir financiando la salida de capitales con reservas y/o tener que recurrir a Organismos Internacionales acumulando mayor endeudamiento.
A estos precios de la soja, los exportadores no demoraran mucho en liquidar exportaciones, eso permitirá que el dólar baje un poco, lo que llevará a muchos a dolarizar sus portafolios a precios de oferta ya que en el escenario postelectoral no sería nada improbable una devaluación que la propia autoridad monetaria convalidó en un pasado muy reciente.
Nuevamente el Yuyito que tanto molestó al Gobierno le vuelve a salvar parte del desequilibrio de sus cuentas.