Por Oscar González
ogonzalez@cardalesprod.com.ar
Permítaseme dedicar este editorial a todos nuestros oyentes de Radio Colonia a quienes represento en: Luis Almada, María Elena y Norma Leonor Fraga, Uriel Q, Marcos López y flía, Pastor Represas, Yolanda de Flores, Rubén, Fernando Ramos Limströn y flía y la infaltable Virginia Uriarte.
He elegido la noche del 20 de Junio para escribir este editorial, estamos solos mi computadora y yo, y sólo se escucha el cliqueteo del teclado, empiezo a sentir la llegada de la magia de la noche que da comienzo a la celebración tribal más pagana y, a la vez, más religiosa de la historia de la humanidad, la noche del solsticio.
Siento que ya están aquí los druidas celtas, las meigas gallegas de mi sangre y las coruxas lusas de la sangre que amo, las hadas danesas y los nibelungos, los gnomos de mis primos celtas escoceses, los sacerdotes incas, los kallaguayas kollas y las machis mapuches, en fin, la gente de la tierra, de todas y cada una de las tierras del hombre universal, ya deben estar sonando las gaitas gallegas, asturianas, danesas y escocesas, ya deben estar ardiendo los fuegos en todas las noches del mundo, la más larga noche del hombre, LA NOCHE DE SAN JUAN.
Esta noche comienza un período mágico que finalizará la noche del 24, A partir de ahora “se abrirán las puertas del otro lado del espejo”, incluso la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. El Bautista, príncipe entre los Santos, único en todo el santoral de quien se conmemora su nacimiento y no su muerte, comienza a regar con las aguas benditas del Jordán cultivos y ganados; orreos, silos y graneros; chousas, pazos, granjas, chacras y estancias; los úteros y los testículos de todas las especies, incluso del hombre, dando comienzo a la fiesta de la vida y la fecundidad, de las buenas y fértiles cosechas. A partir de la noche de mañana, cada noche sucesiva será más corta y cada día tendrá más luz y sol sobre los surcos y en los campos del hombre crecerá la vida, un nuevo ciclo agrícola habrá comenzado.
Alrededor del mundo se comienza a arrimar, a las fogatas, el fruto tradicional de nuestra madre tierra andina, la papa; patata, boniato, acshu, acso, apalau, catzari, mojaquí, curao, kara, cachelos para mis padres los gallegos acompañadas con sardiñas “feitas no mismo fogo” todo para honrar a Xoao y espantar a los demonios, batatas agregarán los portugueses, chicha y coca los kollas, y los tacaños escoceses la cebada del próximo whisky, los druidas harán pasar el ganado por entre dos fuegos para purificarlo y hacerlo fértil y los daneses quemarán en sus fuegos papeles donde han escrito sus desgracias y pesares, los pueblos más occidentales quemarán muñecos y mis padres los gallegos quemarán su aguardiente en la secreta y ancestral ceremonia de la queimada, el queimero, a la luz del fuego del aguardiente encendida, recitará o conxuro (el conjuro) que espanta a los espíritus malos, nos protege y nos da el bien de la fecundidad de la tierra.
Después de comer las papas asadas, comenzarán a circular las leyendas y las historias contadas al calor de las llamas hasta que la noche larga dé paso a un amanecer promisorio. Antes que las oscuridades se apaguen cada uno marchará a sus casas, primero los nórdicos caminarán descalzos sobre las brasas que han dejado las fogatas , los gallegos beberán su queimada (no más de tres vasos, pues el cuarto abre las puertas del infierno) y por último, los chamanes del altiplano extenderán sus brazos al cielo para que el primer rayo del sol del primer día de su año nuevo los toque, mientras que los solitarios gaiteros del amanecer, parados de cara al mar, en las rías gallegas, en los fiordos nórdicos, y en los acantilados escoceses, darán la bienvenida a este nuevo tiempo, soplando en sus odres el convencimiento que la liturgia llevada a cabo durante la noche más larga tendrá el resultado esperado por todos y el ciclo que se inicia será generoso y fecundo.
Cuando Ud. y yo nos encontremos en el editorial del News que viene, los argentinos ya habremos votado.
No importa por quien, su voto tiene valor. A lo largo de nuestra historia muchos hombres y mujeres dieron su vida para que este pueblo nuestro pueda expresarse libremente, desde que nacimos en 1810, nos constituimos primariamente en 1813 y nos independizamos en 1816 buscamos desesperadamente un rasgo de organización nacional que después de muchos esfuerzos pudimos alcanzar recién en 1853, poco más de cuatro décadas del primer gobierno patrio.
Misteriosamente, o tal vez por alguna jugada de este tiempo nuevo y mágico que nos deja la noche de San Juan, el 28 de junio, cuando estemos votando, se cumplirán poco más de cuatro décadas del derrocamiento de un Gobierno Constitucional al amparo del desinterés de una sociedad apática.
Mire, seguramente San Juan nos ha bendecido, probablemente habremos alejado a los demonios, y los machi, druidas y queimeros nos deben estar protegiendo, creo que por este lado las cosas están hechas, pero le aseguro que el desafío de construir un tiempo nuevo es responsabilidad exclusiva del hombre, el nuevo tiempo tenemos que construirlo entre todos, comprometámonos y marchemos decididamente hacia un ciclo generoso y fecundo para todos los hombres de buena voluntad que quiera habitar el suelo argentino.
En el Día de la Bandera Nacional: feliz día del padre, Feliz Noche de San Juan, sepa el pueblo votar, y
…Buena cosecha para todos!
Etiquetas: #20, editorial, Oscar Gonzalez
Ojalá la cosecha sea buena.Que cuando se abran las urnas esa noche, aparezcan una a una todas las cosas que han sido retenidas en estos años: La verdad, la coherencia y el respeto por todos los argentinos dignos que trabajan.
La chiquita
Abrazo grande
Fernando
Te mando un abrazo bien argentino... y como siempre; hasta el lunes a las 12...saludos al gauchaje
Fernando
Muy bueno el editorial (sin desperdicio) y muy oportuno. Le rogare a San Juan y lo
comprometere como intersesor para que el 28 todo se de para que esta Patria nuestra
pueda transitar de aca en mas por el camino que se merece.
Un abrazo,
Pastor Represas
Un ABRAZO Querido Oscar y a todos los internautas que apoyan esta página de Entre el Campo y la Ciudad y su versión oral por intermedio de Radio Colonia.
Luis Almada - La Lucila
luis.almada@fibertel.com.ar
Un abrazo,
Tomás.-