Por Mercedes Colombres De la Redacción de LA NACION
Con los diputados del campo, la cadena agroindustrial suma la pata necesaria para impulsar las políticas agropecuarias que necesita, mientras la Comisión de Enlace y las bases definen su rol en la nueva etapa de participación legislativa
Hace más de un año, en pleno conflicto rural por las retenciones móviles, las voces de los ruralistas en los cortes vociferaban la necesidad de que el campo participase en política. Hoy, a casi un año de la caída de la resolución 125, el campo ve cumplido su anhelo, con la llegada al poder de 14 legisladores nacionales y varios diputados provinciales y concejales del ruralismo, más la participación de miles de productores fiscalizando las elecciones.
Y ahora que la cadena agroindustrial agregó el eslabón que faltaba, la política, la pregunta es qué estrategia deben seguir los elegidos, las entidades y las bases.
"Ahora que el campo demostró que puede pasar de la protesta a la propuesta, los agrodiputados deben fortalecerse mutuamente en el Congreso, formando un interbloque. Deben probar que los diputados del campo son un grupo unido, que reúne una suma de individualidades interesantes y complementarias, con el objetivo común de la defensa del sector", explicó el politólogo e historiador Juan Cruz Jaime.
"El conflicto nos sirvió para darnos cuenta de que teníamos la obligación de dar un paso adelante. Además de luchar gremialmente como sector, por la importancia que tenemos como generadores de recursos, nos debíamos meter en la cosa pública", acotó el vicepresidente primero de la Federación Agraria Argentina y flamante diputado por el Acuerdo Cívico y Social (ACyS) en Chaco, Pablo Orsolini. "Era necesario ocupar este espacio para lograr el cambio", acotó Orsolini. En lo que coincidieron Jaime, Orsolini y todos los consultados es en que la incursión del campo en la política es un proceso que recién comienza. "La llegada del campo a la política no tiene vuelta atrás. Detrás mío hay dirigentes que ya se están preparando para participar en política en niveles ejecutivos y legislativos en el futuro", acotó Juan Francisco Casañas, que pasó de ser líder autoconvocado a afiliado de FAA y luego diputado del campo por Tucumán en menos de dos años. "El campo no tiene que ser opositor, tiene que trabajar desde adentro, como un actor político más", agregó Casañas, que se presentó por el ACyS.
EL PAPEL DE LAS ENTIDADES
¿Y qué papel jugará la Comisión de Enlace en la institucionalización del campo, luego de protagonizar la protesta de 2008? "La Comisión de Enlace debe ser el sustento técnico de los diputados", coincidieron Orsolini y Jaime. "De hecho, antes de diciembre habría que tener un paquete de proyectos avalados por la Comisión de Enlace. Las discusiones por las políticas del campo entre las entidades tienen que ser puertas adentro, no frente a la sociedad", dijo Jaime.
Al respecto, Orsolini, una de las cabezas de la Comisión de Enlace, dijo que "la idea es llegar a diciembre con un paquete ya acordado, porque sabemos que los tiempos legislativos son muy largos, con lo que hay empezar a trabajar rápido".
Para Juan Casañas, "tenemos que trabajar en redes y usar los técnicos de las instituciones del campo, que tienen muy buen nivel, y entre todos elaborar una política agropecuaria".Para el ruralista tucumano, "hay que integrar a todas las entidades, no sólo a las políticas, sino a las técnicas y las de la cadena, como Aacrea, Maizar o ACSoja".
Para Orsolini y Casañas, también es importante que las entidades acompañen la tarea de los diputados. "No vaya a ser que nos pase lo que les pasó a Humberto Volando y Guillermo Alchouron (dirigentes de la Federación Agraria y la Rural), que pelearon para ser diputados y se quedaron solos", coincidieron ambos.
Junto a las entidades, las bases deberán jugar un doble rol: acompañar con la militancia política y ejerciendo el control necesario para que los diputados del campo cumplan con sus funciones. "Las bases, las entidades y los ciudadanos deberemos controlar la gestión día a día. La responsabilidad es de todos", recomendó Jaime.
Para el electo diputado provincial por Buenos Aires y vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Jorge Srodek, el papel de los productores para mantener activa la participación es fundamental.
"Las bases tienen que fortalecer las entidades y ayudar a engrosar sus filas. Creo que en estos meses los productores tuvieron un gran aprendizaje sobre la necesidad de institucionalizarse para lograr el país con la identidad agropecuaria que queremos. Todos nos dimos cuenta de la necesidad de meterse en la dirigencia y en la política", dijo Srodek, uno de los primeros ruralistas en militar en política, a partir de 2004.
Otro de los interrogantes que dan vuelta por estos días es cómo reaccionarán los hombres de campo, con menos experiencia política que sus futuros compañeros de bancada, ante la posibilidad de una medida que atente contra el sector pero sea defendida por el partido de pertenencia, o ante los típicos enjuagues de la política, en la que en cuestión de horas los otrora enemigos se abrazan y sellan pactos antes inimaginables.
"Para mí no hay dudas. Cualquier medida que tenga un vestigio de mala contra el sector o tenga olor a pactos de mafia no va a ser apoyada por mí. Yo no hice acuerdos partidarios, yo pertenezco al campo y no voy a ir en contra de éste", aclaró Orsolini.
Para Jaime, el control que deberán ejercer bases y entidades sobre los agrodiputados será la vacuna más eficaz para evitar que el agro se contagie de los modos de la vieja política.
"Somos nuevos en la política, pero no ingenuos. Hay elementos a los que no estamos acostumbrados, como los acuerdos por izquierda, pero somos un grupo importante para defendernos entre nosotros y no prendernos en las mafias", señaló Casañas.
"El Toty Flores (diputado por la ACyS) dice que a él nunca le golpearon la puerta para ofrecerle algo raro. La corrupción entra donde hay corruptos. Hay que tener cuidado, pero no tener miedo. Yo tengo miedo a no meterme y dejar todo en manos de los Kirchner", dijo Casañas.
En definitiva, todos coinciden en el anhelo de repetir la proeza del siglo XIX, cuando de la mano del impulso agroexportador el país despegó hasta ser el séptimo país del mundo. "Llegamos a ese lugar de la mano de muchos políticos que eran del ruralismo. La esperanza es que de la mano del campo y sus dirigentes volvamos a ese lugar, lo que va a depender del esfuerzo de los diputados, las entidades y las bases", concluyó Jaime.
1 Comment:
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- Anónimo said...
10 de julio de 2009, 12:55Ojalá no nos defrauden porque, está claro, se los intentará cooptar hacia los "intereses de la corporación política" que no son mas que perpetuarse en el estado prebendario asegurándose contínua y nepotizadora rentabilidad política