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Por: Consultora ECOLATINA

La economía argentina debería salir de la estanflación velozmente si se anuncian y ejecutan las decisiones correctas. Hay un escenario global que podría resultar muy favorable pero los Kirchner deberían dejar de lado su enfoque cargado de resentimiento e ignorancia. La consultora Ecolatina realizó un interesante enfoque sobre la coyuntura global a la que podría echar mano la economía argentina:

La crisis alcanzó a la economía real sin distinción entre países desarrollados y en desarrollo. El pobre desempeño global permite asegurar que 2009 será un año para el olvido.

Se mantiene un escenario de aversión al riesgo y debilidad en la demanda que impiden proyectar una recuperación rápida a los niveles de actividad precrisis.

Algunos países en desarrollo exhiben dinámicas más alentadoras, que animan a pensar en procesos de reversión acelerados: todos los países avanzados caerán en este año, mientras que dos tercios de los países en desarrollo crecerán.

Los países en desarrollo que dinamizan el crecimiento en 2009 explican 30% del PBI mundial.

Características diferenciales de este grupo de países desvinculan su performance de los países avanzados.

El revitalizado rol de las economías emergentes potenciará el inicio de la nueva fase de crecimiento en 2010, que será más lenta que la experimentada en los últimos años.

En el grupo de países destacados se incluye a Brasil y China, que concentran casi un tercio de las exportaciones argentinas (18% y 9%, respectivamente).

La buena noticia es que el gigante asiático y, en menor medida, el principal socio del Mercosur presentan perspectivas alentadoras para el segundo semestre y para el año próximo.

Brasil
• Se observa una reversión de la fuga de capitales, el consumo interno es dinámico y los estímulos del gobierno apuntalan la actividad.
• Sectores productivos clave ya muestran signos de mejora y la masa real de ingresos crece en un contexto de desaceleración de la inflación.
• Si bien la economía brasileña cae (-1,8% i.a. en el 1er. trimestre) esperamos que recupere pronto el terreno cedido.


China
• El gobierno central relajó la política fiscal y monetaria, disponiendo un paquete de estímulo con muy buenos resultados para sostener la demanda.
• Se ralentizó la tasa de crecimiento pero mantiene un desempeño superlativo: +6,1% i.a. en el primer trimestre y mejores perspectivas.
• El mercado interno, la magnitud y profundidad de las medidas y los fundamentals mantienen al gigante asiático con cierta inmunidad.

Los emergentes mucho mejor

Luego de finalizado el 1er. semestre, el pobre desempeño de la economía mundial en su conjunto permite asegurar que 2009 será un año para el olvido.

La reducción en el volumen de comercio y la restricción del crédito, entre otros factores, transmitieron los efectos de la crisis financiera a la economía real sin distinción entre países desarrollados y en desarrollo.

El repunte de los mercados financieros desde el piso registrado en marzo pasado, hizo eco de algunos datos alentadores y constituye un signo positivo de confianza. Pero así como el impacto en la actividad fue posterior al derrumbe financiero, la mejora en las variables reales requerirá más tiempo.

Como venimos advirtiendo, los síntomas actuales todavía configuran un escenario de aversión al riesgo y debilidad de la demanda que impiden proyectar una recuperación de los niveles de actividad precrisis en un horizonte temporal corto.

Sin embargo, algunos países en desarrollo exhiben dinámicas más alentadoras, que animan a pensar en procesos de reversión acelerados. Este grupo mantiene a flote –parcialmente– la teoría del desacople pues estaría experimentando un sendero de crecimiento con relativa independencia de las economías avanzadas.

De hecho, todos los países avanzados caerán en este año, mientras que dos tercios de los países en desarrollo crecerán. El primer grupo engloba 50% del PBI mundial, mientras que el segundo representa 30%. En otras palabras, los países en desarrollo serán los únicos dinamizadores del crecimiento en 2009 y su participación no es nada despreciable.


Obviamente, las economías emergentes han registrado el impacto de la crisis. El ritmo de crecimiento ha caído y la mayoría ha adoptado medidas de estímulo de distinto calibre. Pero la menor exposición de sus sistemas financieros, la estructura de sus mercados internos y la relación con la producción de commodities son algunos de los factores que desvinculan su performance de los países avanzados.

Si en el transcurso del segundo semestre termina de producirse el ajuste en las economías desarrolladas, cabe esperar una incipiente recuperación mundial en 2010. En este sentido, el revitalizado rol de las economías emergentes potenciará el inicio de la nueva fase de crecimiento, que seguramente será más lenta que la experimentada en los últimos años.


Brasil y China con buenas perspectivas

Dentro de los países en desarrollo, es importante destacar la performance de Brasil y China por el elevado impacto sobre el comercio exterior de la Argentina. Cabe destacar que entre los dos países concentran casi un tercio de las exportaciones argentinas (18% y 9%, respectivamente).
China desplazó recientemente a USA de la 2da. posición entre los destinos y prácticamente la totalidad de su demanda es de productos primarios y manufacturas agropecuarias.

Además, por la magnitud de su consumo en los mercados mundiales, la presión alcista sobre los precios favorece el intercambio comercial argentino.

Por su parte, Brasil es un pilar fundamental en las exportaciones de productos industriales: explica 36% del total. En gran medida esta relación se debe a la integración productiva con ese país, como se observa claramente en el sector automotriz. En este sentido, la interrelación con el ciclo económico brasileño es determinante para la performance argentina.

La buena noticia es que el gigante asiático y, en menor medida, el principal socio del Mercosur presentan perspectivas alentadoras para el segundo semestre y para el año próximo.



La fuerte caída de la economía brasileña a fines del año pasado alejó la idea de que el vecino país iba a sortear la crisis internacional sin mayores contratiempos. Si bien el descenso se moderó en el 1er. trimestre, la economía entró en recesión, tal como esperábamos.

No obstante, en el 2do. trimestre del año se observaron signos auspiciosos de recuperación por la reversión de la fuga de capitales, el dinamismo del consumo interno y los estímulos del gobierno para apuntalar la actividad.

La mayor estabilidad de los mercados financieros internacionales redujo la aversión al riesgo impulsando nuevamente la entrada de capitales al país. Desde mediados de marzo se percibe una mejora significativa de los activos locales y una importante recuperación del real.

Por caso, el riesgo-país cerró junio por debajo de 300 puntos básicos (p.b.) tras superar 600 p.b. a fines de octubre del año pasado. Asimismo, el real se ubica en torno de 1,95 R$/US$ tras alcanzar un pico de 2,5 R$/US$ y el Bovespa crece 36% en lo que va del año.

Asimismo, varios factores impulsan una mejora de la actividad. Entre estos se encuentran los planes oficiales de estímulo, la reducción de tasas de interés de referencia, la recuperación de precios de las commodities y un consumo dinámico.

Algunos sectores productivos clave, como la industria, ya muestran signos de mejoría. La producción fabril se ubica por debajo de los niveles del año pasado pero crece por quinto mes consecutivo acumulando un alza de 7,8% entre mayo 2009 y diciembre 2008. Además, las expectativas de los empresarios han repuntado.

A futuro la incipiente recuperación se sostendrá principalmente por el consumo interno. La masa real de ingresos continuará creciendo en un contexto de desaceleración de la inflación (especialmente en alimentos). Si bien el desempleo está en aumento, este responde principalmente a una mayor participación laboral ya que casi no se registraron pérdidas de puestos de trabajo (ingresos).

El frente externo no ayudaría demasiado pues la demanda mundial continúa deprimida y recién mejoraría en 2010. No obstante, la profundización del vínculo comercial con China fortalece las perspectivas para las exportaciones brasileñas.

Si bien los planes de estímulo del gobierno son efectivos, el margen para una política fiscal expansiva se agota. Desde principios del año los gastos crecen por encima de la recaudación y el gobierno ya redujo la meta del superávit primario para 2009 de 3,8% del PBI a 2,5%.

No obstante, el saldo de los últimos 12 meses alcanza sólo 2,3% PBI en un contexto de caída de la recaudación. Sin un ajuste del gasto significativo el gobierno no cumplirá la meta reformulada.
En síntesis, si bien la economía brasileña cae (-1,8% i.a. en el primer trimestre) esperamos que recupere el terreno cedido en el transcurso del segundo semestre, promediando un crecimiento nulo en 2009 pero sentando las bases para un incremento el año próximo.


La fortaleza china

La economía del gigante asiático continúa siendo un paradigma en tiempos de recesión global. Si bien el freno del comercio internacional ralentizó la tasa de crecimiento, todavía mantiene un desempeño superlativo respecto a los países desarrollados y emergentes.


El gran interrogante es si China podrá mantener esta posición en un contexto donde los ingresos derivados de las exportaciones caen fuertemente y las perspectivas de sus principales socios no son alentadoras. De hecho, las ventas externas retrocedieron 22% i.a. en los primeros cinco meses del año y casi la mitad se dirige a Japón, USA y la Unión Europea.

Sin embargo, la fortaleza del crecimiento chino se basa en la demanda doméstica, que explica 9 de cada 10 puntos de incremento en el PBI. Por ello, el gobierno implementó políticas fiscales con el fin de blindar este componente. Se destacan el programa de estímulo orientado a la infraestructura (aprox. 12% del PBI) y la rebaja de impuestos al consumo y al sector exportador.

Además, flexibilizó la política monetaria para estimular el crédito bancario, fundamentalmente para las empresas estatales. Este direccionamiento genera preocupaciones sobre la eficiencia de los recursos pero el objetivo central es mantener el empleo y la inversión (en 2008 alcanzó 44% del PBI y crece a un ritmo de 50% i.a. o interanual).

Cabe considerar que se espera que el déficit fiscal sobrepase el presupuestado (los ingresos crecen 7% i.a. a mayo, cuando las erogaciones suben 20% i.a.) y las provincias requieran mayor asistencia. Si bien esto enciende algunas alarmas, el desequilibrio es controlable dados los fundamentos de largo plazo (la deuda externa representa sólo 13% de las reservas internacionales del país).

En este marco, si bien la confianza del consumidor retrocedió a niveles de 10 años atrás, el consumo registra una muy buena performance (+15% i.a. en mayo último). Por su parte, luego de liquidar stocks acumulados todos los sectores industriales incrementaron la producción, principalmente las empresas no estatales que acumulan un crecimiento de 17% i.a. en mayo.
En el plano financiero, la recuperación de la confianza impulsa un nuevo influjo de capitales extranjeros que dinamizaron el mercado de capitales local. El Índice Compuesto de Shanghai trepó más de 50% desde diciembre de 2008 estimulado por la recuperación del precio de las materias primas.

En política cambiaria, las autoridades chinas frenaron la apreciación del yuan para no presionar sobre la competitividad de las exportaciones. Desde mediados del año pasado el tipo de cambio contra el dólar se mantiene estable en un contexto donde la inflación desapareció: en mayo se registró deflación por 0,9% i.a.

El gran impulso contracíclico del gobierno permitió que en el primer trimestre China crezca 6,1% i.a. y que las estimaciones para el segundo trimestre sean aún mejores. Este año se proyecta un crecimiento en torno de 7,4% y de 8% para 2010, considerando que la economía global transitará lentamente hacia la recuperación.

Resulta innegable que la economía china sintió el brusco freno mundial y necesita de la recuperación de los países desarrollados para retornar al ritmo previo. Sin embargo, la dinámica del mercado interno, la magnitud y profundidad de las medidas adoptadas y los fundamentos de largo plazo mantiene al gigante asiático con cierta inmunidad frente a la crisis.

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