Por: Oscar Gonzalez
El 1ro. de Setiembre 1802, ocho años antes que Mariano Moreno editara el primer número de la “Gaceta de Buenos Aires”, aparecía en la vieja aldea el “Semanario de Agricultura Industria y Comercio” de Don Hipólito Vieytes (el dueño de la jabonería), un medio que a pesar de su especialización sobre los temas rurales del país, debe ser reconocido como el primer periódico de estos pagos, reservando para la Gaceta el altísimo honor de ser el primer medio de la etapa independiente de nuestra Nación.
Este dato histórico que fija el Día del Periodista Agropecuario, nos trae a la memoria la frase que Don Hipólito utilizó para el encabezamiento del Número 0 de su periódico: “La agricultura bien ejercida, es capaz por sí sola de aumentar la opulencia de los pueblos hasta un grado casi imposible de calcular y no hay pueblo alguno que pueda prosperar una vez que llegue a desatender su agricultura”.
Sé que si yo fuese verdaderamente inteligente cerraría este editorial en el último punto y aparte escrito, pero definitivamente la inteligencia ha dejado de acompañarme hace rato, así que seguiré escribiendo.
Resulta que el periodismo agropecuario como tal hace rato alcanzó ese bicentenario que nuestra patria busca desesperadamente como bálsamo de significativo valor, capaz de zanjar las diferencias nacionales que nos dividen.
Este dato obvio de la realidad sorprenderá a muchos que pensaron que el periodismo agrario había nacido con la RM 125, al igual que el campo productivo, el salto tecnológico, la soja y el glifosato, los mercados internacionales y otras tantas cosas más que forman parte de la cadena agroalimentaria nacional, el sector más dinámico de la economía del país y el que produjo las fabulosas sumas de divisas que hicieron navegar este gobierno desde sus inicios, como benevolente “viento de cola”.
La realidad es que la 125 lo único que hizo fue mostrar a toda una sociedad una escena que se estaba dando en el país sin que nadie le prestara mayor atención, es decir: no produjo cambios, sólo mostró los cambios que se habían producido en el sector y en el mundo de la demanda de proteínas de calidad.
En doscientos años de periodismo agropecuario nunca se había presentado una situación tan favorable para nuestro país como exportardor de agroalimentos. Que primeras planas hubiese mostrado el semanario de Vieytes?, o como se habría potenciado el valor de esa frase elegida para la primera publicación?
En definitiva, que tipo de periodismo especializado es el que hay que llevar a cabo hoy para mejor servir a la profesión?. Sabemos que hay objetivos comunes a cumplir por el periodismo en general y en todas sus especializaciones, como la objetividad, la independencia y la libertad, sabemos que existe la posibilidad responsable de formar opinión, y el deber inexcusable de informar con la verdad, e intuimos un profundo proceso de transformación dentro de nuestra profesión, que se viene llevando a cabo desde el inicio del conflicto entre el gobierno y el campo y que se va acelerando y profundizando con el correr del tiempo.
Debemos honrar a Vieytes y como él, ponernos a la altura de las circunstancias, por algo habrá sido que la primera manifestación periodística fuera de orden rural, no existen las casualidades.
Vive hoy el mundo un raro fenómeno que se conoce con el nombre de “economía de alimentos” y que implica que será la producción de alimentos la que determine el movimiento de la economía mundial de, por lo menos los próximos treinta años, según los cálculos de los especialistas.
Parece que avanzamos a una división del mundo en dos grandes bloques: países que necesitan de la producción de otros países para alimentarse y países que luego de haberse alimentado pueden alimentar a otros países con sus excedentes, al llegar a este punto le pediré me permita explicarle los exponentes más claros de estos bloques: China, indiscutido motor de la economía mundial, primera economía que salió airosa y fortalecida de la crisis internacional recuperando su nivel de tasa constante de crecimiento y que alberga al 23 % de la población mundial en un territorio que dispone solamente del 7% de las tierras cultivables y en el otro bloque Argentina único país del mundo que puede multiplicar varias veces su superficie cultivable, como así también sus rindes por incidencia de tecnología hasta permitirse la probabilidad de darle de comer a 500 millones de personas.
Pareciera ser que en algún punto hemos llegado al futuro, o dicho de otra manera para mejor honrar a nuestros abuelos: aquel futuro que ellos intuían y por el que trabajaron toda su vida es este “nuestro presente”.
Quiero decir que debemos hacernos responsables de llevar a cabo esta magnífica empresa que el mundo nos demanda, no hubo ni habrá en 200 años de periodismo agropecuario mejor noticia que ésta: “La producción agropecuaria nacional tiene la posibilidad de convertir a la Argentina en un país de ciudadanos con pleno empleo, con estabilidad laboral y excelente poder adquisitivo, con arraigo productivo en el interior, con capacitación y adquisición de conocimientos, en definitiva: un país de ciudadanos dignamente “ricos”, que nada tiene que ver con un “dignamente” rico país”.
Este es el fundamental desafío de nuestra profesión en este especial aniversario, debemos comenzar a hablarle a todos los sectores de la sociedad y comunicar esta buenanueva a quienes aún no la han comprendido; defender a ultranza y sin concesiones las posibilidades que ofrecen las ventajas comparativas de la Argentina como productor de alimentos, porque son reales, porque no estamos mintiendo, porque estaremos esclareciendo al que no sabe, al que duda, al que ha creído en un discurso falaz y anacrónico que ante la realidad mundial se cae a pedazos y no encuentra sustento, un discurso irresponsable que está condenado el bienestar de nuestras descendencias, traicionando las gestas de nuestros padres y comprometiendo el destino de la República.
Periodistas agrarios sepamos comunicar que este escenario que pisamos hoy es el que nuestros padres llamaban futuro, sepamos comunicar que el frío más duro del día precede al inmediato amanecer, y que va llegando el tiempo de las
Buenas Cosechas para todos