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¿QUÉ ES SOLIDAGRO?

Concurrimos al 7mo. Almuerzo Anual de Solidagro, que se llevó a cabo el 30 de Julio en el Pabellón Rojo de La Rural, allí su Presidente, Ricardo Hara, realizó un balance de los trabajos realizados por la Institución y convocó a seguir trabajando para lograr el desarrollo comunitario de las zonas rurales y urbano-rurales de menores recursos de la Argentina.

Solidagro es una alianza entre entidades del agro, empresarias y sociales que a través del trabajo conjunto buscan optimizar la acción en red en cuatro áreas: nutrición, educación, trabajo y autogestión.

Desde el año 2002 a la fecha ha concretado logros importantes:

13.000 personas beneficiadas con asistencia nutricional

Más de 1.500 chicos y adolescentes mejoraron su educación

1.800 personas capacitadas en más de 70 talleres y charlas

150 micro préstamos efectivizados

¿QUIÉN ES RICARDO HARA?

El Ingeniero Agrónomo Ricardo Hara, que asumió la presidencia de Solidagro este año, es el Presidente de ACTA – Asociación de la Cámara de Tecnología Agropecuaria, y ejerce además la Presidencia de EticAgro, una asociación civil sin fines de lucro que se creó con el objetivo de generar y articular conocimientos, toma de conciencia, compromiso y acción sobre los sistemas de calidad, Buenas Prácticas, Comercio Ético y Responsabilidad social empresarial, por parte de la Sociedad Civil (consumidores, trabajadores, productores y empresas de la cadena agroindustrial) y del Estado.

EL PENSAMIENTO DE RICARDO HARA

Reglas claras e innovación tecnológica: las claves para el desarrollo del país

Para el Ing. Agr. Ricardo Hara, presidente de la Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria (ACTA), a pesar de que la situación actual –que no sólo incluye el conflicto entre el Gobierno nacional y el campo sino también la crítica coyuntura internacional- plantea un panorama preocupante para la Argentina, es posible ver el futuro del país con optimismo. A su entender, la cadena agroindustrial indudablemente va a formar parte de la solución de los problemas argentinos, que va a venir de la mano sobre todo de las empresas que proveen innovaciones tecnológicas.

“Apostamos a seguir creyendo y creciendo, pero para eso se necesitan algunos ingredientes primordiales: en primer lugar, reglas de juego claras y previsibilidad para salir del pensamiento de corto plazo”, afirmó Hara, en diálogo con el PAA. “Asimismo, precisamos que se respete la propiedad intelectual, ya que eso nos va a permitir invertir en investigación y desarrollo. Si no hay inversiones productivas genuinas, va a ser muy difícil que la Argentina pueda acompañar las necesidades de alimentos y energía que el mundo va a requerir en el futuro. Por el contrario, si resolvemos esas cuestiones básicas, por los recursos disponibles y por la capacidad humana que tiene el país, sumados a la calidad de las empresas que están trabajando en el sector, seguramente muy pronto podremos estar en la senda del progreso”.

Según Hara, que también es uno de los referentes de la Fundación Darsecuenta (conformada por AAPRESID, AACREA y ACTA), es fundamental el trabajo en red y la articulación de lo público con lo privado en el proceso de construcción de un escenario más favorable para el país.

“Ni el Estado puede hacer todo solo ni tampoco el sector privado, lo que tiene que haber es una articulación efectiva que a su vez tiene que tener un componente social importante porque lo que debe apuntalarse en todo momento es el desarrollo sustentable; ese tendría que ser el gran objetivo en común. Se trata de un desarrollo integral del país que permita conciliar los aspectos productivos y económicos, con la inclusión social y la preservación del medio ambiente a través de un adecuado ordenamiento territorial”, aseveró el entrevistado.

¿Cuál es su postura sobre conflicto entre el Gobierno nacional y el campo?

Para poder explicar esta situación, quisiera remitirme a una metáfora futbolera: “no manden a Messi al banco de suplentes”. Es decir, no le quiten la posibilidad de desarrollo al sector más competitivo de nuestro país con el argumento de que hay que mejorar la competitividad de otros segmentos. Sin dudas esto último es importante y estamos totalmente de acuerdo, pero se tendría que lograr sin necesidad de restringir o ponerle un techo a una actividad que estaba “jugando en primera” y con el desafío enorme que significa proveer alimentos y energía a un mundo cada vez más necesitado de productos. Muy pocos países en este momento están capacitados para atender esa creciente demanda.

El planeta tiene hoy 6.500 millones de habitantes, pero dentro de un par de décadas la población mundial se va a incrementar hasta 9.000 millones. Además, las tierras cultivables se van a ir reduciendo año tras año por desertificación o por pérdida de capacidad productiva en muchos lugares. En ese contexto, la Argentina se perfilaba como uno de los principales jugadores. Hasta que se desató el conflicto interno el año pasado, luego agravado por la sequía, la caída de los precios internacionales de los granos y por último el “tsunami” financiero que está afectando a todo el mundo.

Lo que se advierte hoy es que el 2008 fue un año de desencuentros y oportunidades perdidas. En vez de aprovechar el “viento a favor” que había en ese momento, la falta de diálogo y consenso dio espacio a una confrontación entre argentinos donde nadie se vio beneficiado y que impidió generar un “colchón” que hubiese ayudado a afrontar mucho mejor la situación de crisis que devino después.

¿Cuál es a su entender un rumbo posible a seguir para encontrar una salida del conflicto?

La primera conclusión que podemos sacar de todo lo ocurrido es que más que buscar culpables, debemos entender que a todos nos corresponde una cuota de responsabilidad. A partir de ahí, tenemos que tratar de aprender de la experiencia pasada para no persistir en los mismos errores.

En la Argentina, todos están empecinados en querer tener razón y dispuestos a cualquier cosa con tal de demostrar que tienen razón y eso nos lleva a un gran desgaste de energías de suma cero.

Hay que entender que es mucho más importante aprender que tener razón y que es necesario comprender para ser comprendido y construir sobre lo construido.

Tenemos que darnos cuenta de que debemos apelar a la inteligencia argentina más que a la “viveza criolla” y trabajar sobre las ideas lógicas basadas en el sentido común y la búsqueda del bien común, más allá de las ideologías y los dogmas.

Porque, en realidad, en esta sociedad del conocimiento es imposible tener todo el conocimiento y tener siempre la razón. Entonces hay que tratar de buscar la cooperación y las sinergias a través de la articulación de redes.

La competitividad de las personas, de las empresas y de los países esta basada en esa capacidad permanente de aprender y de reinventar. Me parece que de lo ocurrido tenemos que tomar eso como primera gran lección: “aprendamos de los errores, tenemos que pararnos firmes de cara al futuro y encarar las cosas con otra actitud, una actitud positiva basada en la confianza que es la columna vertebral de la sociedad”.

¿Cómo define a ACTA, la entidad que preside?

La Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria (ACTA) es una entidad federativa que agrupa a los principales proveedores de innovaciones tecnológicas. Congrega a las siguientes cámaras: CASAFE, que agrupa a las empresas de agroquímicos y fertilizantes; ASA, que está conformada por los semilleros; CAPROVE, que representa a la industria de productos veterinarios; y CAFMA, que agrupa a los fabricantes de maquinaria agrícola.

En conjunto, ACTA representa a más de 240 empresas que año tras año provee al campo argentino el “paquete tecnológico” que le ha permitido -sobre todo en los últimos 30 años- dar el gran salto productivo.

Ese salto productivo, que significó la triplicación de la producción en tres décadas, no fue por casualidad ni fruto de un cambio de clima o que los suelos se volvieran más fértiles. La permanente incorporación de novedades tecnológicas en el área de la genética y la química a través de los productos fitosanitarios, la informática en la agricultura de precisión, donde hay algunos hitos muy importantes como por ejemplo la masiva difusión de la siembra directa y la incorporación de la biotecnología, fueron los grandes artífices que posibilitaron este desarrollo.

Sin dudas, la tecnología fue clave en el aumento de la productividad y en consecuencia de la mayor competitividad de la agricultura argentina, verdadero motor de nuestra economía.

¿Cuáles son las propuestas de la Asociación para el sector agropecuario de cara al futuro?

Desde ACTA trabajamos con una visión de mediano y largo plazo. Cada una de las cámaras que componen la asociación tiene planes estratégicos a 5, 10 y hasta 30 años.

También nos parece importante compartir esa visión a través de la articulación público-privada y tratamos de actuar en consecuencia ya que lo importante es que las cosas funcionen y las cosas que funcionan no son estatales ni privadas, de derecha o de izquierda. Simplemente funcionan.

Concretamente con ACTA participamos el año pasado en las reuniones que organiza el INTA donde se discute la matriz tecnológica para los próximos años, también buscamos favorecer el vinculo con el sector académico, por ejemplo con el Programa de Agronegocios y Alimentos de la FAUBA, y con organismos oficiales que tienen una relación directa con nuestras cámaras -como la Secretaría de Agricultura, de Industria, de Medio Ambiente o el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

Creemos que la ciencia y la tecnología van a ser claves para nuestro futuro.

La competitividad de los países no pasa tanto por los recursos que tiene si no por la capacidad de convertir esos recursos en conocimiento. Esa es la sociedad del conocimiento, una sociedad capaz de generar riqueza a través de la tecnología y las innovaciones. Esa es la carrera que nosotros tenemos que asumir: avanzar lento cuando hay muchos países que avanzan muy rápido es en términos relativos lo mismo que estar retrocediendo, de ahí que tenemos que estar proclives al cambio y esos cambios tratar de incorporarlos lo antes posible y en forma proactiva.

Los países competitivos del futuro serán aquellos capaces de visualizar con anticipación las oportunidades que existen en el mundo. Entonces, tener visión de futuro no es tener la bola de cristal o soñar, si no es simplemente conocer lo que está ocurriendo en otros países y a partir de ahí tratar de ver cuáles son las oportunidades que se generan para la Argentina, integrarnos al mundo global y trabajar en consecuencia. Por eso, al futuro no hay que adivinarlo sino construirlo. Eso es ser proactivo.


DISCURSO DEL INGENIERO RICARDO HARA EN EL 7mo. ALMUERZO ANUAL DE SOLIDAGRO

Como ustedes podrán apreciar en el gráfico proyectado, la situación económica y social de nuestro país se va deteriorando día tras día, por más discursos altisonantes y estadísticas dibujadas que nos quieran hacer creer.

La pobreza, la indigencia y la desocupación en la Argentina están creciendo nuevamente en forma alarmante y según datos recientes, el porcentaje de pobreza ya supera en estos momentos el 35%, esto es 14 millones de argentinos, la indigencia es mayor al 11%, es decir más de 4 millones de personas, y la falta de trabajo afecta a casi el 20% de la población activa, siendo de casi 5 millones el número de desocupados y subocupados.

Mahatma Ghandi decía que "la diferencia entre lo que hacemos y lo que somos capaces de hacer bastaría para solucionar la mayoría de los problemas del mundo". La realidad nos muestra que "la diferencia entre lo que los gobiernos dicen que van a hacer y lo que realmente hacen es lo que termina profundizando los problemas del mundo".

Asumiendo que ambas frases son sustancialmente ciertas, es hora de que las organizaciones del sector social empiecen a asumir un nuevo rol más proactivo y menos reactivo, no para reemplazar a los gobiernos o las empresas, sino por el contrario, para promover la efectiva articulación público-privada.

Esto significa promover que los sectores políticos, económicos y sociales interactúen en forma sinérgica y virtuosa en la implementación de políticas públicas en procura del bien común y la inclusión social. Allí, las redes sociales como las que articula Solidagro deben ser, sin duda, partes de la solución.

Es por eso que en lugar de seguir buscando culpables hay que empezar a asumir responsabilidades, ya que a la hora de buscar los responsables los encontraremos cada vez que nos paremos frente al espejo y de la misma manera que no debemos tolerar la indignidad del "clientelismo", tampoco debemos tolerar la indignidad de la indiferencia.

Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, plantea el concepto de la "Ética del desarrollo" que implica la rearticulación entre la economía y la ética como paso ineludible para reducir la exclusión social.

Es decir, una ética que priorice una participación equitativa y una oportunidad justa en toda la sociedad para así poder generar capital social.

Para ello, el primer gran desafío que tenemos por delante es regenerar la confianza destruida. Estamos convencidos que Solidagro tiene una tarea muy importante que cumplir en el futuro que se avecina y para eso resulta prioritario consolidar y fortalecer nuestra organización, debiendo no sólo ser creíbles y confiables cada uno de nosotros como individuos y en relación al prójimo, sino también capaces de conformar una verdadera red de trabajo.

Debemos entonces tener perfectamente en claro el logro de objetivos basados en nuestros cuatro pilares: Nutrición, Educación, Autogestión y Trabajo para promover el desarrollo de las comunidades de menores recursos en nuestro país.

Me pareció oportuno compartir con ustedes estos conceptos centrales para que hablar de confianza no sea una cosa abstracta e intangible, sino por el contrario, para que podamos crear un plan de acción, donde la confianza sea, sin dudas, el sustrato principal para el éxito de nuestra organización. Simplemente porque es lo que nos permitirá producir mejores resultados y crear valor con menores costos y más rápidamente.

Tengan ustedes la certeza de que la responsabilidad que me honra asumir a partir de este año como Presidente de Solidagro, va a tener un fuerte eje en la gestión del tiempo, el trabajo en equipo y el logro de resultados para así poder potenciar la influencia de nuestra red en las soluciones locales y nacionales, y seguir construyendo sobre lo mucho ya construido.

Los invitamos entonces a seguir confiando en Solidagro y a seguir soñando por un país mejor. Los invitamos a seguir teniendo esperanza frente a la dificultad, a seguir teniendo, como bien dice Obama, la audacia de la esperanza, que consiste en creer en aquello que no se alcanza a ver y confiar que el futuro que viene va a ser mucho mejor, sabiendo que "la hora más fría es justo antes de amanecer" y que muy pronto estaremos viendo los primeros rayos de sol.

Queridos amigos de Solidagro, contamos con ustedes como siempre, "Poniendo el hombro, poniendo el alma". ¡Muchas gracias!

save

Por: Ing. Santiago Antognolli
www.pymesdefamilia.com.ar


Una empresa familiar es una organización operada y controlada por los miembros de una familia. Son empresas con alma, dado que el corazón de las familias está en ellas.

La empresa de familia debe enfrentar siempre, a lo largo de su crecimiento, distintos tipos de problemas, poniendo estos en orden, los tres más difíciles de superar son: la sucesión, la sucesión y la sucesión.

Siempre aclaro, en todos los artículos que he escrito, que cada empresa es un ente único e irrepetible, y que no se puede generalizar en cuanto a metodologías y practicas para enfrentar y solucionar los problemas que se deben enfrentar.

Es muy probable que muchas empresas estén operando con prácticas que van en contra de lo que los especialistas definen como exitosas, y sin embargo tengan éxito. Son tantas las variables que influyen y entran en juego en el manejo empresario, que lo mejor es adaptar los comportamientos a cada situación en particular.

Cuando, los que trabajamos aconsejando a empresarios, definimos prácticas o formas de actuar, lo que estamos haciendo es, en base a la experiencia, recomendar acciones que es muy probable que eviten el problema o el conflicto, pero de ninguna manera podemos decir que existan metodologías que se puedan aplicar a todas las organizaciones, como recetas, y asegurar el éxito.
Eso sería como decir que existen recetas que, si usted las sigue, le aseguran una vida plena de felicidad, y todos sabemos, o intuimos, que debemos ir tomando decisiones a medida que vamos creciendo y que se trata de hacer lo que se puede para ser feliz.


La sucesión

Es en la práctica la más traumática, para todas las partes, de las etapas de vida de las Empresas de Familia.

Es problemático para quien debe dejar la empresa en manos de la otra generación. Si el sucedido no tiene en claro que hacer con su vida después del retiro, si no preparó bien a los sucesores, si se siente “padre” de la empresa y siente que debe dejar a su “hijo”, si siente que la pérdida del control es perdida de poder y respeto, si no está preparado, en definitiva, para comenzar esa etapa de la vida, que se percibe como la última, aceptando los nuevos parámetros y formas de aportar su experiencia en los que lo rodean.

Es problemático para los que van a tomar la dirección de la empresa. Si los sucesores no fueron preparados para eso, si perciben que no están habituados a tomar otro tipo de decisiones, si no entienden que son responsables de continuar y mantener el negocio que abastece a toda la familia, si no son capaces de hacerse respetar por los empleados que toda la vida respondieron a su padre, si no están preparados en definitiva, para comenzar esa nueva etapa de la vida, donde comienzan a hacerse cargo de sus vidas.

Es problemático para la familia. Porque, normalmente, sucesor y sucedido, que están enfrentando cada uno su respectiva crisis, conviven o se reúnen habitualmente y nadie disfruta cuando los afectos sufren, y más si alguno se siente responsable, directa o indirectamente de ese sufrimiento.

Es problemático para los empleados. Porque deben adaptarse a la nueva forma de dirección, es muy difícil que nada cambie en la sucesión, cada uno tiene su forma de liderar. Normalmente, los empleados más antiguos, establecieron algún tipo de vínculo sentimental con el anterior director, entonces sienten que pierden esa relación.

Es problemático para proveedores y clientes, generalmente por las mismas razones que los empleados.

En definitiva todos, absolutamente todos, los involucrados de una manera u otra con la sucesión deben atravesar una etapa de crisis.

La profundidad y consecuencias de estas crisis van a depender de la forma que se acompañe el cambio.

Normalmente somos reacios a los cambios, sobre todo a los cambios bruscos, cuanto mayor es la intensidad del mismo mas resistencia oponemos. Aceptamos la evolución porque son pequeños cambios sutiles y continuos y casi no los percibimos, pero somos reacios a las revoluciones, nos asustan, y las aceptamos sólo si la situación anterior a ella es insoportable.


No existen recetas para enfrentar la sucesión

Pero, si entendemos que genera este proceso en cada uno de los involucrados, es probable que podamos entender las reacciones, propias y ajenas, extrañas o inesperadas que aparecen en esta etapa, y que generan peleas y discusiones y hasta, a veces, roturas de relaciones irreversibles.

Se trata de saber que vamos a pasar por una crisis, que cada uno va a experimentar formas nuevas de vivir y de trabajar, que cada uno va a estar aprendiendo y acomodándose a esa nueva situación. Entonces, si se habla, si todos tratan de entender y entenderse, se ataca a los problemas y no a las personas, y tratan de ayudarse unos a otros.

Casi siempre es indispensable pedir ayuda, tener a alguien que actúe de mediador y pueda ver los problemas desde afuera, sin involucrarse emocionalmente.

Lo mas recomendable, siempre entendiendo que no es una receta, es encarar la sucesión en etapas.

Que los sucesores vayan haciéndose cargo de algunos sectores, de acuerdo a sus capacidades, producción, o administración, o compras, y comiencen a tomar decisiones por cuenta propia. En esta etapa es imprescindible crear el órgano de gobierno de la empresa, el directorio, donde se discuten y se deciden las acciones estratégicas, con la participación de los sucesores. De esta forma se van enterando de cuales son los valores, las competencias esenciales, las fortalezas estratégicas y la forma de solucionar los problemas. En estas reuniones, también se controla la marcha de los negocios, ventas, rentabilidad, RESULTADOS.

De a poco el sucedido va dejando los puestos operativos y comienza a participar sólo de las reuniones de directorio, como un accionista, controlando sólo los resultados sin participar de las decisiones del día a día. Así los sucesores van asumiendo la responsabilidad de obtener resultados de su gestión. Siempre entendiendo que cada uno está atravesando su propia crisis.


Estilos de sucesión

A lo largo de años de colaborar con Empresas de Familia he visto todo tipo de crisis y reacciones al enfrentar la sucesión. Cada una es un caso único, pero hay características de fondo que, a veces, permiten tipificar estas en estilos. Algunos de los estilos que voy a describir ya están tipificados en alguna bibliografía, otros los agrego yo.


Cuando me muera todo esto será tuyo

Es el estilo monárquico. La única forma de entregar la corona es muriendo o enfermando. Siempre encuentra excusas para no enfrentar la sucesión, maneja, casi en forma exclusiva, el reparto del dinero y la información, eso le da el poder.

Los sucesores, si están en una posición cómoda, lo dejan hacer sin comprometerse y sin participar. Aquellos sucesores que quieren otra cosa se van de la empresa porque saben o intuyen que nada va cambiar. Estos casos son los más difíciles, y lo más probable es que la empresa fracase cuando el fundador muere.

No he asistido personalmente muchos de estos casos, el monarca no necesita ayuda, así que no nos llama nunca.


El arrepentido

El sucedido confecciona planes de sucesión que no implementa nunca. A veces se retira pero vuelve inmediatamente, porque no sabe que hacer con su vida, porque los sucesores no estaban preparados o porque nunca estuvo convencido de dejar.

Un cliente me dijo una vez:
.- Ayúdelos a ellos (sus hijos)) a llevar esto adelante, yo no quiero seguir, ya estoy grande, quiero hacer otra cosa.
Después de dos meses de trabajo.
.- Tuve que volver, porque a pesar de que las ventas mejoraron, todavía les falta, hay muchas cosas que no funcionan bien.

A pesar de mi insistencia, sigue manteniendo el manejo del dinero, el reparte beneficios a su buen criterio, nadie percibe un salario de acuerdo a lo que hace, y maneja la información y no la comparte. No se llevan a cabo las reuniones de directorio.

Los sucesores se frustran, no saben si el problema es su incapacidad o el que no los dejan hacer, y dejan de participar.

El sucesor:
- Dijiste que te retirabas este año.
El sucedido
- Me voy a retirar el año próximo



Sucesión fallida

Cuando no hay planificación, aunque el sucedido esté convencido de dejar la dirección, lo que se traslada a la otra generación son problemas. Los nuevos directores no están capacitados, o no quieren realmente hacerse cargo pero el fundador no quiere seguir. En este caso las crisis son profundas y todos se culpan por los fracasos.


El embajador

El sucedido deja su lugar, de forma ordenada, y queda como cara visible de la empresa. Es el representante ante las cámaras sectoriales, ante los clientes importantes, negocia con los proveedores. Es decir, sigue siendo la imagen de la empresa hacia fuera.

Esta es una buena manera de atenuar la crisis, el fundador se sigue sintiendo útil y los sucesores se sienten apoyados en el cambio.


El inventor

Es otra variante del caso anterior. El padre se aparta y se dedica a desarrollar nuevos productos o servicios, o el mantenimiento. Las consecuencias son las mismas del caso anterior


La sucesión inesperada

He asistido a más de un caso de muerte súbita, o después de una corta enfermedad, del fundador.

Este tipo de sucesión es una de las más traumáticas porque, además del dolor de la pérdida, la organización se resiente hasta sus fibras más íntimas.

La crisis de liderazgo es muy profunda. En una empresa que me tocó ayudar debimos ir cambiando a todo el personal paulatinamente, ya que nadie reconocía la autoridad del joven sucesor, quien estaba afrontando su propia crisis.


Insisto en que cada caso es único y cada uno tiene sus propias características.
El objetivo de presentarles esta tipología es que, quizás, cada uno pueda verse reflejado en su forma de actuar y entender porqué se siente tan incómodo en esta etapa.
Siempre insisto en esto, que cada uno se mire a si mismo y trate de entenderse, somos especialistas en juzgar el comportamiento de los demás. No hay cambio posible si no encaramos un cambio personal profundo.

Si sabemos y entendemos que vamos a enfrentar una etapa de crisis, nos preparamos para entendernos y entender a los que están, a su manera, atravesando su propio problema.

Para comprender como muchas veces vemos las cosas, nada mejor que un ejemplo.
“Una señora que estaba muy nerviosa y discutía y peleaba con todo el mundo, fue a ver un médico y este le recetó un sedante, debía tomar uno por día.

A la semana volvió y el médico le preguntó.- ¿Cómo se sintió?, le hicieron algún efecto las pastillas. A lo que ella contestó.-Ninguno!! Me siento igual, ayudó mucho que todo el mundo estuvo mas tranquilo esta semana.”

Informe TNS Gallup

Introducción
Luego del conflicto de 2008, el Campo ingresó a la agenda nacional como tema de debate de toda la ciudadanía. Todos los hitos posteriores, como por ejemplo la crisis financiera internacional o, más recientemente, las elecciones, fueron atravesadas por la óptica agropecuaria. Ahora bien, ¿cómo percibe la ciudadanía a este sector de la economía en comparación con otros? ¿Se ve al Campo como un sector dinámico o estancado? ¿Cómo son las perspectivas en el mediano plazo? ¿Cuáles son los principales problemas que lo afectan? Para contestar estos interrogantes, TNS realizó una encuesta de alcance nacional en la cual se entrevistaron a 1.010 personas en 26 localidades de todo el país, durante la última semana de junio de 2009. El proceso de selección de la muestra fue probabIlístico polietápico, de acuerdo con las cuotas de sexo y edad establecidas por el Censo Nacional de Población. Los resultados del estudio son representativos de la población adulta argentina.


Comparación del Campo con otros sectores de la economía La población argentina reconoce claramente la importancia del Campo como un sector clave de la economía nacional. Cinco de cada diez argentinos (51%) consideran que es el sector más importante, mientras que cuatro de cada diez (38%) opinan que es igual de importante que otros sectores. Sólo uno de cada diez (7%) cree que es menos importante que otros sectores.


LOS ARGENTINOS VEN AL CAMPO COMO UN MOTOR DE LA ECONOMÍA
¿Pensando en los distintos sectores de la economía del país, Ud. diría que el
Campo es el sector económico más impórtame, es igual de importante que
otros sectores, o hay otros sectores más importantes que el Campo?

Fuente: TNS Argentina - Población Nacional




La importancia asignada al Campo -respuestas "es el sector más importante" es alta en todos los estratos sociodemográficos y crece aún más a mayor edad (63% de los mayores de 65 años), en los niveles socioeconómico y educativo más bajos (60% en los primarios y 57% en la clase baja), y en el Interior del país (55%).
En tanto, la proporción de quienes opinan que el Campo es igual de importante que otros sectores crece entre los jóvenes (45%), los universitarios (52%), la clase alta y media alta (50%) y en la Capital Federal (47%).

Evolución y perspectivas
La gran mayoría de los ciudadanos percibe al Campo como un sector en dificultades. Cuando se les pide que evalúen la evolución de este sector en los últimos años, el 52% de los entrevistados opina que está estancado, mientras que un 23% declara que está en retroceso. En menor medida, solo dos de cada diez (17%) opinan que es un sector en crecimiento.

LA MAYORÍA VE AL CAMPO COMO UN SECTOR EN DIFICULTADES
Y pensando en la evolución del Campo en los últimos años: ¿Ud. diría que es un sector de la economía que está en crecimiento, está estancado o está retroceso?
Fuente: TNS Argentina - Población Nacional



El análisis por estratos muestra que todos los segmentos de la población coinciden en señalar que el Campo está estancado. En cuanto a la opinión más pesimista -respuestas "en retroceso" ésta se registra con mayor frecuencia entre los universitarios (35%) y los sectores de mayor poder adquisitivo (34%).
De cara a los próximos 12 meses, las perspectivas de la población en relación al Campo se presentan divididas: mientras que tres de cada diez entrevistados creen que estará mejor de aquí a un año (32%), una proporción similar piensa que seguirá igual (34%), y dos de cada diez pronostican un empeoramiento (20%).
Si bien sobre este punto hay opiniones encontradas en todos los grupos sociales, el optimismo respecto al futuro del Campo es algo mayor entre los jóvenes de 18 a 24 años (37%), en tanto que las visiones pesimistas tienden a ser más frecuentes entre los universitarios y las personas de mayor nivel socioeconómico (tres de cada diez en ambos casos).




NO HAY CERTEZAS SOBRE EL FUTURO DEL SECTOR
¿Cómo cree que será la situación del Campo en los próximos 12 meses?
Fuente: TNS Argentina – Poblado Nacional



Agenda: Principales problemas del Campo

Al preguntarle a los entrevistados sobre son los principales problemas que afectan di Campo, la mayoría, con el 55% de las respuestas, destaca en primer lugar el conflicto con el Gobierno.
Más atrás, se mencionan otros problemas como las condiciones climáticas desfavorables (34%), y altas retenciones a las exportaciones (24%). Dos de cada diez también responden trabas a la exportación (21 %), la falta de una política agropecuaria integral (21%), malas condiciones laborales de los empleados agropecuarios (19%), demasiada importancia de la soja en relación a otros cultivos (18%), falta de subsidios (15%), e insumas muy caros (15%).
Luego, uno de cada diez entrevistados hace alusión a los siguientes problemas: falta de crédito, deterioro de los suelos, precios internacionales bajos, falta de inversión parparte de los productores, precios nacionales bajos, baja producción, y alta concentración de la tierra.
Esto muestra que el conflicto político con el Campo se mantiene como un tema irresuelto. Además se advierte que la agenda del Campo es un tema complejo con distintas aristas a tener en cuenta.

LOS PROBELMAS DEL CAMPO ABARCAN DISTINTAS DIMENSIONES
¿Cual diría Ud. que son los principales problemas que afectan al Campo? (MÚLTIPLE)
Fuente: TNS Argentina - Población Nacional



El análisis de los resultados por segmentos muestra que el conflicto con el Gobierno aparece en primer lugar como el principal problema del Campo mencionado por los distintos grupos socio-demográficos. En todos los estratos hay una opinión mayoritaria en este sentido.
Luego, las condiciones climáticas, segundo problema más citado, son mencionadas por casi cuatro de cada diez en el interior del país (37%, vs 29% en el Gran Buenos Aires y 25% en la Capital Fe¬deral) y sus menciones también crecen a mayor edad (39% entre los mayores de 65 años).
Por su parte, las altas retenciones y las trabas a la exportación son cuestiones a las que se hace más referencia en el Interior del país (28% y 23 % respectivamente) que en la Capital Federal (17% para ambos problemas). Asimismo, también se tiende a considerarlas con más frecuencia a mayor poder adquisitivo de los entrevistados (41 % y 32%, respectivamente, en la clase alta y media alta).
Respecto a la falta de una política agropecuaria integral, este también es un elemento que se des¬taca más frecuentemente a medida que aumenta el poder adquisitivo y la educación de los en¬trevistados (42% en la clase alta y media alta y 40% en los universitarios).
Luego, las referencias a las malas condiciones laborales dé los empleados agropecuarios son crecen entre las personas de clase media baja (23%), en tanto que la preocupación por la importancia de la soja en desmedro de otros cultivos es comparativamente mayor entre los universitarios (33%) y en los habitantes de la Capital Federal (27%). Por último, los encuestados de nivel educativo más alto tienden a mencionar en mayor medida la falta de subsidios y el deterioro de los suelos.

Conclusión
El estudio realizado por TNS muestra que los ciudadanos ven al Campo como un sector clave de la economía argentina. Una alta proporción lo considera incluso como el sector más importante del país. Sin embargo, existe la percepción de que el Campo está estancado y las perspectivas sobre cómo evolucionará en el futuro no son claras. El principal problema que enfrenta el Campo de acuerdo a la percepción de los ciudadanos es el conflicto con el gobierno. No obstante, no es el único, pues le siguen una serie de temas que abarcan distintas dimensiones como las condiciones climáticas desfavorables, las altas retenciones, las trabas a las exportaciones, y la falta de una política agropecuaria integral entre otros. De este modo, en un contexto mundial complicado y con condiciones meteorológicas adversas, los resultados de este estudio ponen de manifiesto que la ciudadanía considera al Campo como un motor de la economía, pero también revela que lo perciben enfrentando importantes dificultades y con un panorama incierto en el mediano plazo.


FICHA TÉCNICA DEL ESTUDIO
Fuente: TNS Argentina / Cobertura: Nacional. / Universo: Población argentina adulta (18 años y más) /Tamaño Muestra!: 1010 entrevistas. / Margen Error: -4.2% para los totales, con un nivel de confianza del 95%. Método Muestra!: Probabilístico, polietáptco, estratificado con cuotas de sexo y edad en el hogar. Técnica de Recolección: Entrevistas personales domiciliarias. / Fecha de campo: Junio 2009
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Por: Hugo Nario

La Agricultura
Las tierras de pan llevar

El primer trigo de que se tenga memoria en Tandil espigó en el verano de 1850 sembrado y cosechado por un dinamarqués Juan FugL, muy cerca de donde pareciera que abarca hoy día la mirada de su estatua.

Cuando Fugl comprendió que la alegría de su cosecha no generaría expectativa alguna de lucro si no continuaba su proceso, construyó un rudimentario molino, y en él obtuvo la primera harina que se haya molido en Tandil. Luego algunos criollos emprendedores se entusiasmaron con los buenos resultados obtenidos por el dinamarqués, y sembrando ellos también, las muelas de granito talladas por el mismo Fugl trituraron granos de cereal de esos vecinos. Poco después Fugl cerraba el ciclo entre la producción y el consumo, instalando una panadería en el pueblo.
..de regreso de su primer viaje a Dinamarca, trajo de allí ideas, planos y experiencias para construir otro en su reemplazo, aunque accionado por la fuerza de las aguas del arroyo, hoy llamado del Fuerte, que cruza los terrenos que entonces pertenecían a su chacra, muy cerca de donde ahora se levanta el dique.-


La cuenca lechera
Del origen modestísimo al emporio quesero

Como todas las actividades campesinas el quehacer lechero ha tenido en Tandil orígenes modestísimos, y se fundó desde mediados del siglo pasado en la producción y distribución domiciliaria de leche de vaca para el consumo, transportada primero en odres, y luego en tarros de hojalata como los conocimos hasta 1960, casi siempre a caballo y, posteriormente, en jardinera.

La producción lechera en los tambos fue, por mucho tiempo, complementaria de otras actividades campesinas, y su ordeño reservado casi siempre a las mujeres y a los extranjeros.

Hay una idea generalizada de que han sido inmigrantes vascos los que, mayoritariamente, se dedicaron atrabajar en los tambos y a repartir la leche a domicilio, apreciación popular que nunca ha sido respaldada por estadísticas y encuestas de otro tipo.

Pero en la elaboración de quesos en Tandil, fue un italiano –Console Mottalini- quien, a fines del siglo pasado, se dedicaba a ello y, según el historiador Gorraiz Beloqui, lo hacía transportar en carretas a Buenos Aires. También elaboraba manteca, en una pequeña fábrica que se levantaba en la intersección de la Avenida del Calvario y Rivadavia, a orillas del Arroyo Blanco (hoy entubado) cuya corriente seguramente aprovecharía Mottalini para desprenderse de los desperdicios de la fábrica. Dice HORRAIZ Beloqui que elaboraba diariamente unos 200 litros de leche, y que más tarde logró la incorporación de algunos capitales a su quehacer lácteo, entre ellos el aporte de José Maria Iturralde, lo que le sirvió para mejorar su volumen de producción hasta llegar a un promedio anual, entre 1896 y 1909, de cuarenta mil kilogramos de queso. Sobre la falda de la sierra que se halla al oeste a la ciudad y algunos conocen como “de Garibaldi”, más allá de donde nacen las calles Belgrano y San Martín, hay una quinta que todavía los antiguos conocen como de Esmenotte. Cuando sus eucaliptos no habían crecido tanto, era visible una alta chimenea industrial construida con ladrillos, y que marca el lugar donde también tuvo su quesería Esmenotte, que –por las referencias de la memoria popular- llegó a exportar a Europa. Esmenotte era ciego, y se decía que la desgracia provenía de un fallido intento de suicidarse, cuando, antes de la Primera Guerra Mundial, perdió todo un cargamento de quesos en aguas del Mediterráneo. Algunos creen que fue porque torpedearon al barco y otros, porque el envío se había echado a perder.

En 1896, Enrique Schoch, por encargo de la firma ingles Lowel & Christman Ltd. Fundó la fábrica La Tandilera , con el objeto de elaborar crema, por primera vez en el partido; pero como, al parecer la leche producida en la zona no era suficiente para sus planes, vendieron en 1904 el establecimiento al inglés Alfred W. Wesley, que se había hecho cargo de reorganizar la empresa con la colaboración del compatriota E.Reynolds.

Por el contrario, Wesley, en lugar de aceptar la situación, se había propuesto de modificarla, y se lanzó por todos los medios a promover la organización de tambos en el partido, estimulando la producción de leche y trayéndola desde distancias mayores con tal de asegurar la provisión suficiente de materia prima. Dentro de esos planes, nacieron tres fábricas más dependientes de La Tandilera: Manterola, San Martín y El Carmen.

Por ese tiempo, un español de apellido Núñez creaba otra empresa y prontamente organizaba cremerías en distintos puntos de la zona, como Iraola, De la Canal y otras poblaciones incluidas en el radio de influencia de Tandil, que en poco tiempo ofrecieron un perfil desusadamente industrial en aquellas soledades rurales, con construcciones de dos o tres plantas, calderas y chimeneas.(Hoy día, abandonadas, allí donde todavía sus ruinas se hallan en pie, provocan a la distancia el espejismo de fantasmales castillos en pleno corazón de la pampa).

La Tandilera, como empresa, fue convertida en 1912 en sociedad anónima y sus accionistas principales, fueron Wesley y Nuñez…invirtieron el primer millón y medio de pesos en reorganizar su planta, cuya conducción confiaron a los hermanos Juan, Renato y Oduando Cantarelli, que habían venido de Italia con suficientes conocimientos….A la producción tradicional, los Cantarelli incorporaron el queso tipo “Chubut” también conocido como “de postre” cuyas hormas no excedían el kilo. La Tandilera industrializaba virtualmente la totalidad de la leche producida en el partido, excluida la destinada al consumo familiar. Ese año produjeron casi un millón y medio de kilogramos de queso y cerca de 600 mil kilos de manteca...

En 1900 había habido otro emprendimiento singular. Emilio Delpech, francés radicado desde tiempo atrás en la Argentina con su padre (para desarrollar el negocio de lanas) ideó promover la instalación de tambos en la zona de Tandil. Pidió a su hermano Jorge, que era ingeniero, el diseño de una fábrica láctea, que estuviera dotada de electricidad. Sobre el arroyo Chapaleofú, construyeron un tajamar con su canal y puertas de desagüe para casos de crecientes, con lo que elevaron a dos metros y medio el nivel del agua del arroyo que alimentó desde entonces una turbina que producía 20 caballos de fuerza, y no solo movía todas las maquinas de la fábrica, sino que encendía gran numero de lámparas en un espléndido parque de 25 hectáreas y sus viviendas. Emilio Delpech…se jactaba de entregar poco después a La Tandilera, en primavera y otoño, hasta 500 kilogramos de grasa butirométrica por día.

En 1904, Tandil tenía siete cremerías, una quesería y una mantequería. Poco después, ocho fábricas (algunas concentradas en manos de un mismo propietario) procesaban anualmente un millón de litros de leche extraída de los tambos propios, y adquirían otros seis millones con los que elaboraban unos 400 mil kilogramos de crema y 23 mil kilogramos de queso.

El propio Ferrocarril del Sud resultaba beneficiado con esta copiosa producción de primera calidad que la Capital Federal compraba para consumo y exportación. Un informe especificaba en 1921 que en el último quinquenio había transportado casi 8 mil toneladas de crema, y más de 7,5 mil de manteca.

…En 1913, la firma argentina Luis Magnasco y Cia., tradicionalmente vinculada a la industria láctea, convino en hacerse cargo de la distribución de la producción de la producción de La Tandilera en todo el país, y luego compró un importante paquete accionario que le permitió compartir su conducción. En 1923 Magnasco tomó el control total de la empresa. A comienzos de 1940 se hizo cargo del establecimiento el doctor Atilio Magnasco, que la condujo con eficiencia, hasta que, hace pocos años, fue adquirida por la firma Mastellone, propietaria de la marca “La Serenísima” , pero para desactivar su producción y transformar sus instalaciones en depósito…………………………-

Por: Wálter Cazenave

La sequía que afectó a la región pampeana durante la segunda mitad de la década del `30 quedó registrada en la memoria colectiva de sus habitantes, como una catástrofe natural que tuvo un impacto enorme en los asuntos económicos y sociales. La historia y la leyenda se entrecruzan, impidiendo muchas veces tener una percepción clara sobre las consecuencias de la sequía.

Con el objetivo de analizar desde varias perspectivas este problema histórico, Pampa Central organizó el ciclo de Encuentros Culturales acerca de “La sequía del `30 en la región pampeana” constituidos por una conferencia, acompañada por una exposición (fotográfica, artística o histórica) y música en vivo, que se realizan cada tercer sábado del mes hasta diciembre incluido.

Durante las conferencias, el tema se aborda desde diferentes disciplinas y enfoques, lo que permite una evaluación integral de los procesos naturales vinculados con la sequía y de su repercusión en la sociedad pampeana.

Las opiniones son diversas y muchas veces contrapuestas. Algunos sostienen que la crisis ecológica adquirió características apocalípticas, otros, con una perspectiva geológica, afirman que sólo significó una pequeña muestra de condiciones climáticas mucho más extremas registradas varios miles de años antes del presente.

Desde las ciencias sociales las ideas tampoco son coincidentes y uniformes. Hay quienes sostienen, que si bien no fue la única causa, la sequía de aquellos años tuvo un impacto muy grande en los movimientos sociales, el empobrecimiento de los productores agropecuarios y el éxodo de la población rural. Otros señalan que la mayor parte de la población rural estaba integrada por inmigrantes que, en su mayoría, habían sufrido experiencias mucho más traumáticas en sus países de origen y por lo tanto, las condiciones climáticas adversas registradas en la década del `30 no serían suficientes para generar un impacto en la sociedad de la época.

La publicación de las conferencias permite un análisis sereno y detallado sobre los temas expuestos y con todas ellas evaluar -en forma integral- los fenómenos naturales y los acontecimientos y procesos sociales de una etapa crucial en la historia de La Pampa. Asimismo, motiva a reflexionar sobre la naturaleza de las modificaciones ambientales, de su difícil predicción y de sus impactos sociales, culturales y económicos.

La primera de estas conferencias se brindó en la sede de Pampa Central (Baldomero Téllez 45) el 18 de junio del corriente año y en esa oportunidad disertó el geógrafo, historiador y periodista Walter Cazenave. Su conferencia, que se tituló Una mirada a los “años malos”, se transcribe a continuación.*

*Pampa Central


UNA MIRADA A LOS “AÑOS MALOS”

Entendemos por “años malos” a un lapso de la década de 1930, a partir de 1932 para mayor aproximación, durante el cual la sequía cobró proporciones extraordinarias en La Pampa y zonas aledañas, generando calamidades ecológicas y sociales cuyas consecuencias se sintieron por mucho tiempo. Ese suceso dejó profundamente marcada la memoria popular y repercutió posteriormente en el quehacer artístico y también en el científico.

Casi todos los protagonistas adultos han muerto pero quedó una imagen grabada en el inconsciente colectivo. Una imagen apocalíptica, o quizás más bien bíblica porque parecía cumplirse aquella frase del Libro acerca de que “Todo verdor perecerá”. Los acontecimientos ocurridos por entonces debieron ser terribles: la sequía, la ceniza del Descabezado Grande, el empobrecimiento del campo, el éxodo...

Quizás la insólita lluvia de ceniza, acaecida en 1932, obró inconscientemente, como aviso de lo que vendría en aquellos años tan afines a relacionar los fenómenos cósmicos y atmosféricos con el destino de la humanidad.

Además hubo una relación explícita y armónica con la situación política, económica y social del país en esos años, que hizo que se calificara a ese tiempo como “la década infame”.

La sequía desmesurada fue el denominador común de la época. Pero ¿qué es técnicamente una sequía? “Tiempo seco de larga duración”, dice el diccionario, pero si ajustamos más la definición podríamos aceptar que es la época en que hay insuficiencia de agua, que las lluvias -que es lo que significa “el agua” entre nosotros- están muy por debajo de lo normal.

Se acepta que la mayor parte de La Pampa se ubica en la región semiárida. Esto en una perspectiva general y que deja de lado ex profeso a los últimos años, cuando las precipitaciones fueron realmente extraordinarias. Al respecto digamos que por debajo de los 600 mm anuales se puede hablar en nuestro territorio de zonas semiáridas y más allá de los 300 mm de áridas y, en general, desérticas.

Entonces aquí tendríamos una pauta científica para acercarnos a los “años malos” ¿Fueron valores muy bajos los que se registraron por entonces?

Sí, lo fueron. De hecho la precipitación media en todo el territorio durante el año 1937 estuvo en el orden de los 300 mm, y en varias zonas por debajo de esa cantidad. El área de cobertura del desastre climático incluyó a todo el territorio pampeano y las zonas limítrofes de las provincias vecinas, aunque de ellas no tenemos elementos contundentes para evaluar este fenómeno. El notable libro Inundaciones y sequías en la llanura bonaerense.1576-2001, de Carlos Antonio Moncaut, no aporta ningún dato que haga pensar que el fenómeno afectó a algún sector de la provincia de Buenos Aires. Por esos años aparece en la obra un hiato que llama mucho la atención.

Al buscar para esta charla una forma de acercamiento al tema que fuera más allá de lo anecdótico, partí de algunos datos ya referidos el profesor Raúl Hernández, quien los había considerado en sus estudios sobre climatología regional.

El primero de ellos fue comprobar que el plural, “años”, no es del todo correcto al referirse a la sequía de aquel tiempo. De acuerdo a la estadística, la década del `30 fue una época más o menos normal en cuanto a lluvias, al menos en los lugares donde hay registro. Incluso el famoso “año de la ceniza”, 1932, está muy cercano a la media de precipitación registrada en esos años. Es cierto que la media puede ser un indicador engañoso.

Nosotros sabemos por experiencia que lo importante es que llueva en la época apropiada, pero insisto que hasta mediados de la década del `30 no parece haber grandes alteraciones.
Sin embargo, el equilibrio se rompe bruscamente en 1937. Ese año toda La Pampa está en los 400 mm y la mayoría de los pueblos apenas por encima de los 300 mm. Algunos, incluso, en los 200 mm. Lo más llamativo es que algunas de las localidades afectadas están prácticamente en la zona semihúmeda de nuestra provincia -la de mayor precipitación- y tienen en ese año registro de precipitaciones propias de un desierto. Algunos ejemplos lo constituyen las localidades de: Maisonnave (221 mm); Parera (242 mm); Quetrequén (200 mm); Sarah (239 mm); Victorica (231 mm); Hilario Lagos (215 mm); Loventué (183 mm) y, Ceballos con el bajo registro de 193 mm.

Como se ve, las cifras son elocuentes y a la falta de humedad hay que considerar los persistentes vientos del norte y sur, que deben haber completado una imagen de desolación en la estepa pampeana.

En estos registros de precipitaciones se observan tres anomalías:
Pichi Huinca con 470 mm, Quemú Quemú con 471 mm, Catriló con 426 mm y Trilí con 600 mm. Para estos valores solamente hay dos explicaciones posibles: un chaparrón afortunado (acaso probable en la línea de los tres últimos) o, más bien, una medición mal efectuada.

Esta última posibilidad no es desechable de manera alguna. Valga el ejemplo de que hace no muchos años, cuando la Administración Provincial del Agua estaba haciendo un replanteo de sus pluviómetros, se encontró con que el encargado de uno de ellos lo había trasladado desde el lugar abierto en que se encontraba (imprescindible a los efectos de un registro cabal) hasta la inmediatez de su vivienda. La causa, ingenua, fue expresada por dicho encargado: “así no me mojaba tanto al hacer la medición en los días de lluvia”.

¿Alguien puede imaginarse por un momento lo que sería la estepa pampeana con poco más de 200 mm? Realmente a la luz de ese simple ejercicio cobran verosimilitud las terribles y trágicas historias de vientos, desolación y muerte.

Al año siguiente -1938- se insinúa una composición climática de aquel desastre pero son varios los pueblos que siguen en alrededor de los 300 mm.

Y aquí debería llamar nuestra atención la formidable capacidad de resiliencia del ecosistema, para sobrevivir y para recuperarse apenas se dieron lluvias. Es tarea para la gente que hace ecología y que, supongo, de algún modo ya la está haciendo.

Dentro de las múltiples consideraciones que se han hecho al respecto cabe mencionar la que hizo el geólogo Jorge Tullio, quien sugiere que hay una cierta correspondencia entre las sequías del África y las inundaciones de América del sur, y viceversa, mediante el corrimiento del Anticiclón del Atlántico Sur en una u otra dirección. Eso nos lleva a pensar en cuál fue la causa de este fenómeno terrible. Y sobre todo: ¿podrá repetirse?

Al respecto hay una teoría de los ciclos climáticos, creo que esbozada a grandes rasgos pero sin grandes precisiones. Ella podría verse corroborada, o no, si se profundizaran algunos estudios de detalle, entre ellos los de dendrocronología en los caldenes que orillan la isohieta de 500 mm.

Este método permitió en Mendoza hacer una estimación de caudales fluviales muy acertada, con una proyección de tres siglos hacia atrás ¿Porqué no podría resultar entre nosotros como indicador de escasez de agua?

Hay también una teoría de la respuesta telúrica a la depredación antrópica, a un enorme y súbito desequilibrio causado por el ser humano que promovió una agresión contra la naturaleza mediante la erradicación del bosque y el empleo de elementos agrícolas inapropiados. No hay, tampoco, una respuesta definitiva al respecto. Las ligazones y registros que hubieran ayudado a esta idea nunca fueron muy promovidos ni cuidados, y los estudios de enfoque y raíz científica en La Pampa no son demasiado antiguos.

Pero en esta tragedia de los “años malos” hay otro aspecto, el humano, que por su intensidad merece un tratamiento aparte. Antes se habló del inconsciente colectivo, pero en el nivel conciente, las ideas y consideraciones sobre el fenómeno y los acontecimientos ocurridos, se incorporaron a la tradición y las artes, fundamentalmente a la literatura.

Todos los buenos escritores que vivieron la época dejaron testimonios estremecedores. Son páginas que, en intensidad y dramatismo, recuerdan a las que narran los avatares de otras regiones secas, fundamentalmente a Los Sertones, genialmente descriptos por Euclides Da Cunha.

Hay un libro de José Adolfo Gaillardou, que no casualmente se titula Médanos y estrellas, donde un terrible capítulo narra el espantoso drama de Alirio el chacarero, un hecho real que pasó a ser emblemático del horror de esos años. Antes de acceder a su versión literaria yo lo conocía a través del relato oral de mi madre, que había vivido esos años en la zona del hecho.

Así también, ella recordaba un caso digno de figurar entre los insólitos del Libro de los malditos, de Charles Fort: un día de tormenta, después de tantos de soplar viento de uno y otro lado, literalmente “llovió barro”. El mismo suceso también es enfocado por Enrique Stieben en su cuento “El viento grande”, que obra en su libro Hualicho Mapú. Mientras que, José Villarreal, recuerda en sus memorias Infancia en Santa Rosa la triste vida de aquellos emigrados de un campo que los expulsaba, refugiados miserablemente en los pueblos.

Y a propósito de vientos grandes: en la zona de Colonia La Pampeana, en cercanías de Monte Nievas, hay todavía un campo enlomado que modificó su morfología por los médanos formados en incesantes días de soplar y soplar.

El propietario -y no es un chiste- recordaba haber dormido con antiparras como forma de atemperar el polvillo que se filtraba por todas partes.

Finalmente, vale recordar la hermosa y dolida leyenda del Arumco, el sapito dueño del agua que alimenta los pozos, según la mitología mapuche. En las crónicas recogidas por Stieben en su libro ya citado, dicen los paisanos que aquel tiempo sin agua se debió, ni más ni menos, a la ofensa que los cristianos infirieron a la tierra, explotándola sin tasa ni la mínima consideración que se debe a quien, en definitiva, es la madre de todo lo que existe.

Por: Oscar González
ogonzalez@cardalesprod.com.ar

La reunión entre el gobierno y el sector agropecuario llevada a cabo el día Viernes 31 de julio, marca un punto de inflexión en el accionar de la Comisión de Enlace.

Desde aquel 11 de marzo que alumbrara el nacimiento de la RM 125 hasta el día de la fecha, ésta comisión representativa ha transitado un camino, que a pesar de su brevedad, ha sido intenso, sinuoso y cambiante. El balance de la gestión construida hasta hoy, debe ser, con sus más y sus menos, altamente satisfactorio, pero no debe impedir avizorar el tiempo futuro que queda planteado en la escena.

En un país que ha decidido, por acción u omisión, abandonar la democracia de partidos reemplazándola por la democracia de personajes, la aparición de un cuerpo colegiado de la naturaleza que tiene esta comisión, puede convertirse en el norte a seguir por aquellos argentinos que quieran recuperar la institucionalización de la república, que supongo, no seremos pocos.

Para empezar creo, como ellos mismos dicen, que la mesa no es ejemplo de nada, pero no puedo ignorar de manera alguna las enseñanzas que nos han dejado a lo largo de este inquieto año:
Independientemente de las diferencias sectoriales entre las cuatro entidades, que son muchas y profundas, han sabido privilegiar el bien común del sector en general, utilizándolo como catalizador de unión y objetivo primario de su tarea, lo que trajo aparejado el respeto y el reconocimiento de muchos sectores no involucrados con las entidades en sí mismas, como los autoconvocados o la sociedad misma que, actuando en conjunto, le dieron a la mesa una mayor calidad a la legitimidad funcional, que a lo mejor en origen no la tenía.

Este circunstancial emergente, logró que aquel reclamo gremial ante un gobierno voraz, se fuera convirtiendo, poco a poco, en una legítima demanda social ante nuestros gobernantes para no desaprovechar un turno histórico donde confluían excelentes rindes agropecuarios con precios internacionales fabulosos y creciente y sostenida demanda de alimentos. Fue entonces, la mesa, el instrumento que utilizó la sociedad para reclamar diálogo, distribución de la riqueza, coparticipación federal, institucionalización de la república y, todos aquellos valores que ante la falta del funcionamiento orgánico de los partidos y el ejercicio prepotente de la mayoría en el Congreso, se habían ido resintiendo.

Fue de la mano de la mesa que actores fundamentales de nuestro sistema de gobierno ocuparon nuevamente el lugar que la escena les reserva; primero el Congreso de la Nación, luego los Intendentes y los gobernadores y junto con ellos los valores fundamentales que representan: el derecho de peticionar a las autoridades, el gobernar a través de nuestros representantes, el interior de la república – que en nuestro país comienza a 20 km del Obelisco- como así también las falencias, como la recesividad del sistema impositivo acompañado, la más de la veces, por un espíritu contrario al que marca nuestra Constitución.

A pesar de las situaciones emergentes y de la profundidad de la crisis y su desenvolvimiento, las entidades agropecuarias no modificaron sus calendarios institucionales ni suspendieron sus manifestaciones democráticas internas, es así que vimos marchar de la mesa a dos integrantes que habían finalizado sus respectivos mandatos al frente de sus agrupaciones: Fernando Gioino de CONINAGRO y Luciano Miguens de SRA, propinando al gobierno un tremendo cachetazo didáctico en pleno adelantamiento de unas legislativas plagadas de candidaturas berretas y testimoniales.

Hubo al fin un sinnúmero de aciertos más, que hemos venido analizando junto con Uds. a lo largo de este conflicto, tanto en la radio, como aquí, en nuestro news, pero hoy la responsabilidad pasa por aventurar el futuro, un futuro que nos instala en el Congreso de la Nación verdadera caja de resonancia de los problemas por los que atraviesa el país, y que ha sido inmediatamente condicionado por el resultado de los comicios del 28 de junio y, que en virtud de éstos, será modificado en su conformación a partir del 10 de Diciembre próximo.

Once Diputados Nacionales y una Senadora de la Nación provenientes de la familia agropecuaria nacional harán su ingreso en la Casa de los representantes del pueblo, un logro más de la mesa, que lejos de caer en el facilismo corporativo de convertirse en el “partido del campo” apostó fuertemente a la democracia de partidos impulsando la participación responsable de sus cuadros dentro de las divisas partidarias de su preferencia.

Al llegar hasta aquí, comprenderá el lector que no son pocos los motivos que impulsan el trato descortés del gobierno hacia la mesa, tampoco son flacos los intereses y eso redunda en esfuerzos estratégicos para impulsar roturas y filtraciones en un frente agropecuario que se muestra intacto hasta hoy, y de alto valor representativo, a pesar que el tiempo juega a favor del desinterés social que se caracteriza, en nuestro país, por su fácil dispersión, olvido y apatía.
En los cambios de figuras antes mencionados, no es ánimo de quien esto escribe ni la crítica ni el embanderamiento, pero no sería de buen profesional dejar de manifestar mi pensamiento personal y señalar que la incorporación de Carlos Gareto, suma, y mucho a esta mesa, de la misma forma que me es obligado expresar el alejamiento de una figura trascendental en el aporte de la mística y el diálogo multidireccional que tuvo en Luciano Miguens a uno de sus cultores más importantes, él ha sabido ser un verdadero constructor de puentes de plata hacia todos lados, él tuvo la capacidad de humanizar a la Sociedad Rural borrándole toda pátina de antipatía del pasado, y no precisamente por dejar de hablar claro y alto.

Pero con sus altas y sus bajas, la mesa está de pie frente al futuro, un futuro que será el nuevo escenario del desarrollo de una labor más intensa, se ha pasado de la protesta a la propuesta, la tarea ha sido impecable, debe entenderlo la paciencia del productor argentino acostumbrada a tiempos de urgencias fugaces e inminentes, condicionada por factores tan disímiles como el económico y el climático.

El gran desafío de la mesa hoy, es saber construir andamiajes que le permitan contener la impaciencia desesperada de las bases arruinadas por las políticas tendenciosamente desfavorables del gobierno.

El gran desafío de la mesa hoy, es saber construir autoridad legítima por encima de la autoridad individual de cada entidad, para convertirse en el organismo conductor de los legisladores emanados del sector, y que siguiendo el ejemplo dado cumplan con sus partidos políticos pero anteponiendo su certificado de origen, cada uno de ellos debe convertirse en el miembro informante natural de su bancada en los aspectos que hagan a la problemática rural.

El gran desafío de la mesa hoy, es saber construir institucionalidad utilizando la patente moral obtenida para instalar el debate de la postergación absoluta del interior nacional, el deterioro de esta forma de vida con arraigo y basada en la cultura del trabajo, atacada políticamente como sistema a través de un hondo desprecio al federalismo, desvirtuada su capacidad financiera por el manejo arbitrario de los fondos de Estado desconociendo el mandato Constitucional de la coparticipación.

El gran desafío de la mesa hoy, es construir un espacio amplio que le permita mostrar a su lado otras instituciones vinculadas al sector que hacen a la tecnología y a la ciencia, que descuento ya están convocadas y trabajando en conjunto, pero que es necesario mostrar para generar conciencia social que si podemos alimentar a 400 millones de personas, podemos garantizar riquezas para distribuir con justicia y equidad en nuestra Patria.

El gran desafío de la mesa hoy, es construir caminos hacia nuevos escenarios donde plasmar la legitimidad de su reclamo, y así como alguna vez nos enseñaron a recuperar el Poder Legislativo, bueno fuera que aprendiéramos de su mano que hay un Poder Judicial en la Argentina.

Usted seguramente me dirá: pero Gonzalez la mesa no es un partido político! - y tiene razón, pero sabe qué ocurre? – Las circunstancias la han ido acomodando de tal manera que hoy es un referente social de alta valía, y todos y cada uno debemos coadyuvar a protegerla, por eso debe estar en las “cosas grandes de la Nación” como un referente ordenador más de nuestra sociedad, por eso, y para que no se la coman “las cosas chicas del sector”, porque la mesa ha catalizado las expectativas de una sociedad maltratada por este gobierno, porque ésta es como la otra “mesa de los argentinos”: de todos. Ya le había dicho yo, hace como un año que la sociedad se da sus dirigentes como las plantas sus frutos: en forma natural y sin darse cuenta. Sepa esta mesa comprender el desafío que tiene por delante. Sepa esta mesa servir al futuro, que sin duda trae
Buenas Cosechas para todos!!!